lunes, febrero 26, 2007

Había olvidado la paz y tranquilidad que se sienten al darse un baño un domingo por la tarde; todas aquellas cosas que te están rondando la cabeza a las que no puedes dejar de darle vueltas desaparecen como por arte de magia.

A pesar de la innumerable cantidad de patos que tuve que hacer para poder llegar al pico, de que la corriente te obligaba a estar continuamente remando,de que las olas no eran precisamente una maravilla y para colmo soplaba el vendaval y que mi reciente rapado provoca que casi se me congele la cabeza creo que ayer fui uno de los días en que mejor me lo pasé; no por las olas que pude surfear sino por lo increiblemente a gusto que me sentí mientras estaba en el agua. Cuando sales fuera las cosas vuelven a ser como eran antes del baño; todo aquello que habías dejado en el coche mientras te colocabas el traje vuelve a tu cabeza una vez que enfundas la tabla para regresar a casa.

Y en el camino de vuelta te das cuenta de que nada volverá a ser como antes, de que personas a las que quieres un montón han jugado contigo como si les importase una mierda lo que tú pudieras sentir. No me voy a quejar, la vida es así y hay que aceptarla como viene, pero hoy me siento enormemente triste y tampoco quiero ocultarlo. Me siento triste porque cada día que pasa me estoy dando cuenta de que muchas cosas de las que hasta este momento pensaba que eran reales no lo son ni mucho menos.

Ojalá todos los días fuesen domingo por la tarde para encerrar mi tristeza en la funda de mi tabla.

Hasta pronto
Migue

1 comentario:

Andre dijo...

Pero bueno, esto qué es???

A ver, que no se puede estar triste, no eh!!! Tristeza, caca :P

Anímate hombre, que ya sabes eso de que nunca llovió que no parase...

Un besin!